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Romper el círculo y la normalización de la violencia

  • Foto del escritor: Cindy Paola Gutierrez Berdugo
    Cindy Paola Gutierrez Berdugo
  • 3 oct 2024
  • 8 Min. de lectura

Hace poco se estrenó la película Romper el círculo (It Ends with Us), basada en el libro homónimo de Colleen Hoover. Como era de esperarse, hubo mucha polémica en redes sociales por diferentes razones, sobre las cuales no me interesa hacer foco hoy (podemos echar el chismecito después).

No voy a hablar de Blake o de Justin, ni de si la estrategia de medios para promover la película fue adecuada o no. Tampoco voy a hablar de los detractores de la autora, que sostienen que ella y sus libros romantizan la violencia intrafamiliar. Tampoco es mi objetivo hacer una reseña de la película o hacer una comparativa con el libro para decirles si me gustó o no (aunque sí me gustó).


Lo que sí quiero es compartir una reflexión importante a la que llegué después de ver la película y de hablar con varias amigas y amigos que la vieron (lectores y no lectores).


Una de las principales críticas que ha recibido la película es que, a diferencia del libro, los episodios de violencia que vive la protagonista son menos crudos y explícitos, lo que muchas personas interpretaron como una minimización de la violencia.


Sin embargo, lo que pienso es que tenemos la violencia tan normalizada o estamos tan desinformados, que, en una situación de violencia, si no vemos que la víctima terminó con la boca rota, llena de sangre, golpeada brutalmente, llena de morados o que tuvo que ir al hospital, entonces cuestionamos (de forma incorrecta) o, peor aún, revictimizamos.


En muchos casos llegamos incluso a pensar si el episodio sucedió o no, si la víctima está exagerando. Creamos excusas para nosotros mismos y para los demás: “es que fue un accidente”, “es que realmente no le pegó”, “solo la empujó”, “solo la gritó”, “ella se lo buscó”. Así, aparecen infinidad de justificaciones y cuestionamientos que desvían la atención de lo realmente importante.


Es por esto que me gustaría compartirte información básica para que, si en algún momento has sido o estás siendo víctima de violencia, puedas identificarlo y sepas que no estás sola. También para que podamos ser una red de apoyo para nuestra familia o amigas que estén atravesando una situación similar. Para no revictimizar a quienes tienen la valentía de contar su historia o que, simplemente, tuvieron que hacerlo porque el sistema no les brindó la protección que necesitaban.


Tipos de violencia


Lo primero que hay que saber es que existen diferentes tipos de violencia. A continuación mencionaré algunos que afectan principalmente a las mujeres. Primero, porque mi comunidad está compuesta mayormente por mujeres y, segundo, porque estadísticamente somos las principales afectadas por la violencia intrafamiliar. Estas definiciones y ejemplos fueron tomados del sitio web de UNFPA (organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva) y del Instituto Nacional de las Mujeres del Gobierno de México.


La OMS define violencia como "el uso intencional de la fuerza física o el poder, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones."


De igual manera, la violencia intrafamiliar se puede entender como cualquier conducta abusiva (física, sexual, emocional y negligencia) que ocurre dentro del entorno doméstico, generalmente entre individuos relacionados por lazos de sangre o intimidad.


Esto nos lleva, más específicamente, a la violencia de pareja íntima, que hace referencia a "comportamientos en una relación íntima que causan daño físico, sexual o psicológico, incluyendo agresión física, coerción sexual, abuso psicológico y conductas controladoras".


Violencia física


Es el uso de la fuerza física con el potencial de causar muerte, lesión o daño. Esto incluye pero no se limita a: empujones, palmadas, pellizcos, cachetadas, patadas, golpes, entre otros.


Como mencionaba anteriormente, la violencia física no siempre deriva en heridas graves que requieran atención médica. En muchos casos, los agresores golpean en lugares donde las marcas no son visibles para los demás o saben cómo ejercer la violencia sin dejar huellas visibles.


Violencia sexual


Cualquier acto sexual o intento de obtener uno, así como comentarios o acciones sexuales no deseadas, dirigidos a la sexualidad de una persona mediante coerción, sin importar quién lo haga o la relación con la víctima, en cualquier lugar, ya sea en casa o en el trabajo. Es decir, sin importar si es tu pareja, cualquier acto no consensuado explícitamente constituye violencia sexual.


Aquí algunos ejemplos de violencia sexual: si te obliga o manipula para tener relaciones sexuales a pesar de que no quieres; te manipula o chantajea para realizar prácticas sexuales que no te agradan; se burla y/o hace comentarios humillantes sobre tu cuerpo; te compara con otras personas en cuanto a tu "eficiencia" en la actividad sexual; te obliga a tener relaciones sexuales sin protección; subestima tus necesidades sexuales; o se refiere a ti con términos denigrantes.


Violencia psicológica o emocional


Cualquier acto u omisión que daña la autoestima, la identidad o el desarrollo del individuo. Incluye, pero no se limita a, la humillación, la amenaza de pérdida de la custodia de los hijos, el aislamiento forzado de familiares o amigos, la amenaza de hacer daño a ti o a alguien que te importa, gritos o degradación repetidos, inducir miedo a través de palabras o gestos intimidatorios, celotipia, infidelidad, insultos, devaluación, marginación, indiferencia, "ley del hielo", comparaciones destructivas, rechazo, comportamiento controlador, destrucción de pertenencias, etc.


Estos comportamientos pueden generar en la víctima depresión, aislamiento, baja autoestima e incluso suicidio.


Hay mucha tela por cortar en este tipo de violencia. Tomate tu tiempo para reflexionar sobre todas las situaciones que pueden enmarcarse en esta definición, ya que la violencia psicológica es muy común y, al mismo tiempo, muy normalizada. Reconocer que estamos siendo violentadas no es fácil pero es el primer paso para buscar ayuda y salir de esa relación.


Algunos ejemplos de cómo se ve la violencia psicológica son: te ignora cuando hablas o no escucha realmente lo que estás comunicando; después de un altercado te deja de hablar como forma de castigo por horas e incluso días; no te deja dormir en tu habitación o cama compartida; te dice o hace sentir que eres inútil y que no sabes hacer nada bien; te hace escenas de celo sin razón; se burla de cómo te vistes, o intenta controlar lo que te pones; te culpa de todo lo que le pasa o sale mal, y de lo que no funciona en la relación; con frecuencia te dice que va a terminar la relación o que está contigo por lástima y por los hijos; te hace sentir que no eres lo suficientemente buena para estar con él; te dice que estás loca y que todo lo exageras; no te deja verte con tus amigos directa o indirectamente, buscando otras excusas para pelear cuando tú sales o hablas con ellos; te habla mal de tu familia para indisponerte con ellos, por lo cual terminas alejandote y aislada.


Violencia económica


Causa o intenta causar que una persona se vuelva financieramente dependiente de la otra, al obstaculizar su acceso o control sobre recursos y/o actividades económicas independientes. Incluye la negación de fondos, la negativa a contribuir económicamente, la negación de alimentos y necesidades básicas, y el control del acceso a atención médica o empleo.


Está muy relacionada con la violencia psicológica. En muchas ocasiones te recalcan que tu aporte económico no es importante o es nulo, te recuerdan constantemente los gastos como forma de control, te hacen sentir culpable cuando gastas dinero en ti o en la familia, te amenazan con dejarte sin recursos, afectan tu vida crediticia, te impiden trabajar, te amenazan con hacer que pierdas tu trabajo, etc.


El violéntometro


Después de tener una idea más completa de cómo pueden verse los diferentes tipos de violencia, un concepto que aprendí y que considero es una herramienta valiosa para todas es el violentómetro. Porque generalmente las acciones de violencia y abuso comienzan poco a poco y van escalando de nivel con el paso del tiempo, lo cual hace aún más difícil para la víctima entender las situaciones y poderlas manejar.


El violentómetro es una herramienta gráfica que nos ayuda a identificar y medir los diferentes tipos y niveles de violencia en una relación y que muchas veces se camuflan en la vida cotidiana pero que podemos estar seguras de que son acciones de abuso.


No dudes en usar esta herramienta y buscar ayuda cuando lo consideres necesario.


El círculo de la violencia


Otro concepto que me aportó mucha luz y que me ayudó a entender mejor las situaciones que había vivido es el saber que la violencia opera por ciclos. En muchos de los casos, las víctimas no están constantemente sometidas a episodios violentos ni con la misma intensidad, lo que hace que sea más difícil identificar y tomar acciones. Las víctimas terminamos sintiéndonos culpables, responsables e incluso avergonzadas por permitir que estas situaciones sigan ocurriendo.


Lo que es peor, la mayoría de las veces, la violencia se hará más frecuente y más grave, afectando a la víctima severamente en su bienestar psicológico y físico y causando incluso la muerte.


El círculo de la violencia tiene 3 fases:


Acumulación de tensión


Durante esta etapa el agresor parece estar bien, pero poco a poco se van presentando situaciones de violencia psicológica, se puede ver que la frustración e irritabilidad van aumentando.


Estallido de violencia


El agresor pierde el control y descarga sus tensiones y frustraciones en la víctima.


Luna de miel


Es la fase de reconciliación. El agresor pide perdón, promete que no va a volver a ocurrir, te dice que te ama, busca justificaciones para lo que sucedió. En muchos casos, es cuando el agresor demuestra amor y brinda atención a la víctima, lo cual refuerza la dinámica de dependencia emocional y abuso.


En situaciones más severas, la fase de luna de miel desaparece y los estallidos de violencia empeoran.


Cómo ser red de apoyo


Últimamente he visto tantos testimonios y denuncias públicas en redes sociales, donde las mujeres han tenido que salir a contar sus dolorosas experiencias como recurso para ser escuchadas y presionar a la justicia. Y luego leo los comentarios y mensajes que reciben y me quedo impactada de ver la magnitud de la ignorancia y la falta de empatía de la gente.


Sin ir muy lejos, a una conocida que estaba atravesando una situación de violencia psicológica, buscó apoyo en alguien muy cercana solo para que esta persona le dijera que ella tenía que bajar sus expectativas, desconociendo por completo sus emociones.


Claramente no podemos tomar decisiones por los demás ni mucho menos presionar, juzgar o culpabilizar. Sin embargo, sí podemos brindar contención, apoyo y empatía.


Asegúrate de escuchar, deja que la otra persona te cuente a su ritmo lo que está pasando y hasta donde se sienta cómoda. Por ningún motivo hagas comentarios que sugieren que tiene la culpa, o que es responsable de lo que está sucediendo. Por favor evitemos frases como “por qué no te vas y lo dejas”.


Valida los sentimientos. Hazle saber a la otra persona que todo lo que está sintiendo y viviendo es válido e importante y que no está sola. No subestimes la gravedad de la situación.


No pidas detalles o que te cuenten la historia completa, ya que esto puede revivir el trauma al que ha sido sometida la víctima.


Ofrece toda la información que tengas disponible, brinda opciones de ayuda, alternativas a seguir, pero siempre dejando claro que la persona va a decidir lo que considere de acuerdo a su contexto particular. Busca y comparte información sobre ayuda profesional, líneas de atención, organizaciones en tu país y región.


Obviamente no debes compartir la información con nadie más sin la autorización de la otra persona, y solo si es necesario para recibir más ayuda.


Por último, recuerda que una víctima no sale de la situación de violencia cuando quiere si no cuando puede. No basta con tener conciencia de lo que está sucediendo, se necesita una red de apoyo, recursos económicos, garantías de seguridad y protección, atención psicológica, asesoramiento legal, estabilidad para los hijos, etc.


Hay muchos recursos en línea de organizaciones gubernamentales, activistas en redes sociales, profesionales que comparten información valiosa. Todos podemos ayudar por lo menos a visibilizar y generar algo de conciencia en nuestro entorno.


Si eres o has sido víctima, no estás sola y te envío un abrazo desde el fondo de mi ser.


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Hola

Soy Cindy Gutierrez. Mamá de Jerónimo, gerente de proyectos y recién comienzo mi aventura como blogger. Me gusta leer, comer rico, probar recetas, hacer manualidades y amo una buena dosis de tertulia con mi gente.

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